La obra se presenta desde hoy en Córdoba. Él y Rodrigo de la Serna encarnan a dos policías conflictuados.
El ruido de fondo, los zumbidos que golpean en el fondo de los pensamientos e impiden actuar, los
ladrillos que se api
lan en
la pared de
la frustración. Esa es
la lluvia constante que le da título a
la obra escrita
por Keith Huff que tuvo una versión en Broadway protagonizada por Hugh
Jackman y Daniel Craig y que hoy llega al Teatro Real (San Jerónimo 66).
Esta vez,
la dup
la protagónica de Rodrigo de
la Serna y
Joaquín Furriel encarna a Dani y Rodo, dos policías unidos y repelidos a
la vez por una amistad tan profunda como compleja.
“Rodo es un personaje que toda su vida estuvo bajo
la sombra de
la personalidad de su amigo que es como su hermano”, explica
Furriel. “Es un ex alcohólico, con muchas ganas de que le vaya mejor en
la vida,
pero su amigo no lo acompaña, sino todo lo contrario: entorpece sus
posibilidades. Vive en una actitud no sé si de sumisión, pero sí de
cierto sometimiento, es solitario y sus únicos vínculos son su amigo y
lo que su amigo logró, su familia, su mujer e hijos. Su familia es esa”.
Tantas
latencias y tensiones desembocan en una esca
lada de conflictos en
la que, como agrega
Joaquín, “Rodo empieza a ocupar un lugar de sostén en
la familia
de Dani, hasta que en un momento se da cuenta de que está ocupando un
espacio diferente al que siempre había ocupado, mientras su amigo va
cediendo.
La obra son 95 minutos en los que todo termina de manera inesperada y muy diferente a cómo se presenta al principio”.
–¿Se podría decir, entonces, que las moralidades de ambos se alejan de la división entre “buenos” y “malos”?
–El gran atractivo de
la obra es esta situación en
la que a uno no le interesa colocarse en un lugar moral. Por eso
la obra es tan contemporánea, porque en
la realidad
que estamos viviendo ya no resisten más los personajes de una capa, de
un solo color. Uno no puede decir “qué bueno éste” o “qué malo este
otro”, porque también juega
la moralidad del espectador. Por momentos, uno empieza a entender
las
cosas de otra manera y eso te corre del lugar que te resguarda como
espectador. Cuando uno está en presencia de cualquier manifestación
artística, uno separa
las cosas en “bueno” y “malo” intentando contro
lar, decir que uno no lo haría.
–La escenografía es bastante despojada. ¿Cómo es moverse dramáticamente en un espacio tan abierto?
–Lluvia constante no
necesita ese nivel de espectáculo, tiene una generosidad dramatúrgica
que no necesita ningún agregado, es lo que es. Por momentos es un
espacio donde ellos jugaban cuando eran chicos, por momentos están en
Asuntos Internos de
la policía, va variando en los 95 minutos. Y esa escenografía nos da a Rodrigo y a mi
la posibilidad física, emocional y expresiva como para que sea un juego absolutamente teatral. No es una
obra pasiva, si el espectador entra dentro de
la historia, es un viaje entre todos. No es un “ego-trip”, eso del actor pavoneándose en el escenario. Acá
la obra nos sostiene y con Rodrigo hemos logrado un vínculo y una madurez que no se logran muchas veces.
Del hospital a las piñas. El año pasado para
Joaquín estuvo marcado por una experiencia
laboral que él define como “muy enriquecedora”:
la de ponerse al frente de Residentes, un reality que seguía cámara en mano
las frenéticas peripecias de un grupo de jóvenes médicos en distintos hospitales públicos.
“Fue
muy intenso, tenía muchas ganas de hacerlo y me gustó mucho formar
parte de un programa que visibilizaba otro tipo de juventud. En esa
época, había como cierta desidia, una cantidad de jóvenes en realities
que lo único que querían era ser famosos por el simple hecho de estar en
televisión, sin ningún contenido ni ningún bagaje de nada”, repasa
Furriel.
Es
así que, para él, su trabajo en Residentes tomó una dimensión especial.
“Me pareció que dentro de mis valores era dar importante hacer lo
posible para que se pudiera ver que hay muchos jóvenes a los que
la televisión no muestra que están muy comprometidos con
la realidad
de nuestra sociedad y no ese grupo de gente ociosa, efímera, que en los
realities trata de buscar un atajo para lo que se supone que es un
entendimiento de
la felicidad,
la notoriedad o el éxito”, explica.
–Ahora te estás preparando para participar en la próxima novela de Pol-Ka, “Sos mi hombre”.
–Sí,
estoy muy entusiasmado con eso. En realidad es como un divertimento,
una participación especial de dos meses, pero si no hago de boxeador
ahora ya no lo voy a poder hacer nunca más (risas). Me pareció divertido
hacerlo, teniendo en cuenta que el año que viene voy a hacer un
unitario en Pol-Ka, que si todo marcha bien va a ser muy interesante.
Así que cuando Adrián (Suar) me ofreció esta posibilidad me pareció que
era algo que podía hacer. Pasa que no podía comprometerme con una tira
diaria porque no puedo estar de lunes a viernes en Buenos Aires. Espero
ganar valor y coraje para poder ponerme al frente de Luciano Castro en
un ring (risas). Estoy haciendo entrenamiento diario de box y después
voy al gimnasio.
–¿Se puede adelantar algo del unitario que harás el año que viene?
–Según
tengo entendido, transcurre en el mundo de los abogados bonaerenses. No
tengo mucho más para decir, pero por los nombres que se manejan para el
elenco aspira a ser un programa importante el año que viene. Todavía no
los puedo nombrar, pero va a ser un elenco muy potente. Y en marzo
estoy estrenando en el Teatro San Martín Final de partida, de Samuel
Beckett, en
la que voy a volver a tener el enorme privilegio de volver a trabajar con Alfredo Alcón.
Tres funciones. Lluvia constante se verá hoy, mañana y el domingo en el Teatro Real a
las 21.
Las entradas salen 175 pesos (p
latea fi
la 1 a 9), 165 (fi
la 10 a 16), 155 (primer nivel), 135 (segundo) y 105 (tercero).
Fuente: http://www.diaadia.com.ar/show/joaquin-furriel-anticipa-lluvia-constante