lunes, 14 de mayo de 2012

Water may cure patients with Meniere disease.

by Hideaki Naganuma, Katsumasa Kawahara, Koji Tokumasu, Makito Okamoto

Abstract

OBJECTIVES/HYPOTHESIS: We examined whether sufficient water intake is effective in the long-term control of vertigo and hearing activity in patients with Meniere disease (MD) for whom conventional therapy has proven unsuccessful.


STUDY DESIGN: The authors conducted a time-series study with historical control.

METHODS: Eighteen patients with MD in group 1 drank 35 mL/kg per day of water for 2 years. Twenty-nine patients with MD treated with the conventional dietary and diuretic therapy for more than 2 years during 1992 to 1999 at the same hospital were enrolled in a historical control of group 2.


RESULTS: Patients in group 1 dramatically relieved vertigo and significantly improved in the hearing of the worst pure-tone average of three frequencies (0.125, 0.25, and 0.5 kHz) (low PTA) during the last 6 months of the study period.

In contrast, patients in group 2 became worse in both the four- (0.5, 1, 2, and 4 kHz) frequency PTA and the low PTA, although their vertigo did improve.

The number of patients whose hearing were improved, unchanged, and worse were 4, 12, and 2 in group 1 and 2, 11, and 16 in group 2, respectively.


CONCLUSION: Deliberate modulation of the intake of water may be the simplest and most cost-effective medical treatment for patients with MD. Larger studies will be needed to confirm these results in a larger patient cohort.

Fuente: The Laryngoscope (2006)

Fármacos Antihipertensivos y la perfusión del oído interno: El punto de vista de un otólogo



Autor: Antonio Pirodda
Departamento de Ciencias quirúrgicas y anestesiologicas de la Universidad de Bolonia,
Massarenti 9-40138 Bolonia, Italia, E-Mail: antonio.pirodda @ unibo.it
Publicado: 11 septiembre 2009


Resumen: se sabe  que una serie de trastornos laberínticos, con pérdida de audición neurosensorial, vértigo y tinnitus ocurren a las personas jóvenes sin factores de riesgo vascular, siendo así clasificados como "idiopáticos" en ausencia de explicaciones satisfactorias, en la última década, este fenómeno ha encontrado una explicación fiable en el efecto adverso de una fuerte disminución de los valores de presión arterial seguida de una regulación anormal del tono vasomotor (vasoconstricción).

Este modelo no puede ser aplicado sólo a sujetos sanos, pero tiene una cierta confirmación posible  en enfermedades  que afectan los cambios hemodinámicos, tales como la insuficiencia cardiaca o la hipertensión tratada.

En particular, los resultados de un reciente estudio sobre el impacto de los diferentes tratamientos antihipertensivos, en el que se analizó mediante el control de la aparición o la mejora de los acúfenos como síntoma del sufrimiento del oído interno, de manera inequívoca ha demostrado una mayor prevalencia del tinnitus en los sujetos
sometidos a tratamientos más agresivos.

Esto parece de acuerdo con recientes observaciones sobre el modelo de homeostasis de los líquidos del oído interno, y sugiere, cuando sea posible, hay que recurrir a los tratamientos con efectos moduladores a fin de mantener una constante
perfusión del laberinto protegiendo así su función.

Palabras clave: perfusión oído interno, desequilibrio hemodinámico, tratamiento antihipertensivo.


1. Introducción

Un problema relativamente frecuente que los otorrinolaringólogos y audiólogos deben hacer frente está representado por la aparición de problemas del laberinto (que se presentan con pérdida de audición neurosensorial súbita,
vértigo y tinnitus) que afecta a personas jóvenes sin factores de riesgo vascular.

Como la mayoría de estas afecciones se etiquetan como "idiopática", en la ausencia de una causa exacta, parece lógico que buscar algunas características hemodinámicas, no necesariamente de naturaleza patológica, lo que podría estar en el origen de estos
fenómenos: a saber, que la hipótesis era - y hasta cierto punto, se ha demostrado - que la hipotensión seguida por una regulación anormal del tono vasomotor podría generar una isquemia transitoria y un consecuente sufrimiento del oído interno [1,2].

En realidad, una pérdida auditiva leve que afecta a las frecuencias bajas aparecer significativamente más en sujetos sin factores de riesgo vascular, pero clasificados como  padeciendo hipotensión esencial en comparación con una población de control [3].

Por otro lado, la hipotensión sin reactividad alterada vasomotora correlacionada no parecía ser suficiente para provocar daños al oído interno, [4], mientras que esta  última sea posiblemente favorecida por la conocida capacidad reducida para la autorregulación
del flujo sanguíneo coclear con respecto al flujo cerebral [5].

Este argumento podría brindar una explicación satisfactoria para un número de casos de discapacidad laberíntica que afecta a sujetos jóvenes sanos, en ausencia de otras causas reconocibles, en consecuencia, debe tenerse en cuenta, ya que podrían ser responsables de la recurrencia de este tipo de trastorno cuando las condiciones subyacentes no se modifican.

Además, si en algunos casos un determinado perfil cardiovascular/ autonómico puede ser postulado como la base para explicar este fenómeno [6,7], las condiciones análogas de desequilibrio podrían derivar de una falta de actividad cardiaca, posiblemente representada por la insuficiencia cardíaca [8] o, en una población más amplia, a partir del tratamiento farmacológico y esto debe ser considerado en la planificación de cualquier tratamiento antihipertensivo.

2. La terapia antihipertensiva y el oído interno
Para estudiar el posible efecto de diferentes fármacos antihipertensivos sobre la función del oído interno, el tinnitus, aparece como un síntoma disponible.

En realidad, es una perturbación no específica que puede derivar de cualquier
nivel de las vías auditivas, e implica una participación coclear en un número de casos [9]: esto parece ser cierto los casos recientes o en los casos con intermitencia o variaciones en la intensidad del síntoma.

 Sobre esta base, en primer lugar, se hizo una investigación sobre la prevalencia del tinnitus en una población de pacientes con hipertensión, y en segundo lugar e analizó el impacto de diferentes los fármacos antihipertensivos sobre la incidencia de este síntoma en estos pacientes [10].

De hecho, la posibilidad de generación de zumbidos es bien conocida para los antihipertensivo más ampliamente utilizados [11].

Sin embargo, parece de algún interés para investigar sobre las posibles correlaciones entre tinnitus y actividad de la droga.

Brevemente, se encontró que la prevalencia de zumbido era relativamente
alta (17,6%) en todo el grupo, y que en su mayoría el subgrupo tratado con diuréticos presentó un incidencia significativamente mayor de acúfenos (27,2%) en comparación con los subgrupos en tratamiento con los  bloqueadores de los receptores de la angiotensina II (13,5%),  de los alfa-bloqueadores (21,8%), y en los inhibidores de la HMG-CoA reductasa (12,3%).

Por otra parte, la aparición de acúfenos se asoció con una disminución dramática en la presión sistólica arterial que podría estar relacionada con el efecto máximo del tratamiento farmacológico en 11,9% de los pacientes que presentaban este síntoma [10].

Aunque el estudio no investigó ningún factor causal (s) de tinnitus, que incluso puede presentarse como uno  de los síntomas que se derivan de un daño vascular subyacente, los datos presentados parecen confirmar una posible participación de un rápido descenso de los valores de presión arterial, seguida por una vasoconstricción aguda,
entre los factores que amenazan al laberinto.

Se debe considerar que este último se caracteriza por un suministro de sangre de tipo de terminal, y por lo tanto representa un modelo típico de órgano final que puede ser
fácilmente propenso a daños relacionados con una falta aguda de perfusión.

Además, la complejidad de las estructuras laberínticas es para ser considerada, ya que se requiere una cantidad notable de energía para mantener la homeostasis de los fluidos: esto puede resultar en una sobreexposición del oído interno a efectos adversos
debido a las variaciones hemodinámicas.

Un apoyo indirecto para esta interpretación es proporcionada por el informe reciente del efecto terapéutico del consumo de agua en la enfermedad de Ménière [12]: este trastorno laberíntico, que se caracteriza por crisis fluctuantes de
pérdida de la audición, acúfenos y vértigo, se atribuye generalmente a un hidrops endolinfático aunque después de varias décadas no ha llegado todavía a una definición precisa patógena.

A pesar de estas incertidumbres, ha sido ampliamente tratada con terapia diurética, sin una justificación exhaustiva por completo: por el contrario, la posibilidad de obtener una curación por agua se explica por el efecto positivo de la  osmolalidad reducida del plasma en la modulación de la secreción y la acción de la vasopresina [12], que se traduce en una mayor control satisfactorio de la estabilidad hemodinámica.

Como ya se mencionó, este último parece ser un factor no despreciable para el mantenimiento de la regulación de los  fluidos del oído interno, que se deriva de procesos complejos recientemente estudiados, centrándose en la
presencia y el papel de las acuaporinas [13]:

estas proteínas, que incluso aumentan la permeabilidad de agua en  asa  renal de Henle, representan tanto un mecanismo osmótico excepcional, y también un mecanismo hormono dependiente vinculados a la actividad de la vasopresina, y se consideran esenciales para la homeostasis del laberinto [13].

La observación de que la aplicación vasopresina lleva a hidrops endolinfático en vivo [14], en función de un aumento de la afluencia de agua en el compartimiento de endolinfa a través de un aumento de los canales de agua de la acuaporina [13], es una confirmación más de la influencia de ambos: osmolalidad e interferencia hormonal sobre el oído interno, e indirectamente describe la importancia de mantener una perfusión constante a este órgano: a este fin, las mismas consideraciones que se sugieren con fuerza para evitar la hipo perfusión renal son confiables.

De hecho, en realidad, existen importantes analogías entre el riñón y el oído interno, relativo al funcionamiento de los mecanismos de regulación de agua y de iones [13], que incluso se puede considerar la base molecular de efectos secundarios no deseados de los diuréticos y permite un paralelismo entre la ototoxicidad y la nefrotoxicidad [15].

Estas observaciones, junto con los resultados con respecto a nuestro grupo de pacientes con episodios de pérdida de audición neurosensorial [1,2] están de acuerdo de un entorno clásico experimental de Maass [16] relativa a un modelo animal de hipotensión hemorrágica, que mostraron una disminución intracoclear  de los valores de la PO2
en proporción a la hipotensión hipovolémica y asociada a la vasoconstricción debido a un aumento del tono simpático.

En conclusión, se debe en primer lugar, precisar que el presente trabajo no pretende discutir acerca de la primera necesidad de establecer una terapia segura y eficaz en pacientes con hipertensión, que obviamente, debe ser aplicado de acuerdo a las modalidades más apropiadas con el fin de evitar grandes eventos cardiovasculares y, además, otros estudios prospectivos son necesarios para sacar conclusiones precisas
sobre la relación entre el tinnitus y fármacos antihipertensivos.



Sin embargo, la conciencia de algunos  aspectos relativos a los efectos sobre un órgano sensorial periférico podría ser de alguna utilidad adicional en cuando la elección de la terapia; desde este punto de vista, se debe considerar que los fármacos que bloquean el
efecto vascular de la  activación simpática, como alfa-bloqueante, o de los del sistema renina - angiotensina, como los bloqueadores de los receptores la angiotensina II, parecen ser útiles para reducir el zumbido [10], por un lado, y que por otro lado una rápida reducción de la volemia, que derive por ejemplo, de los diuréticos, podría resultar en una amenaza para el laberinto,.

Referencias y notas
1. Pirodda, A.; Saggese, D.; Ferri, GG; Giausa, G.; Grippo, MC; Gaddi, A. El papel de la hipotensión en la patogénesis de la pérdida repentina de la audición. Audiología 1997, 36, 98-108.
2. Pirodda, A.; Ferri, GG; Modugno, GC; Borghi, hipotensión sistémica C. y el desarrollo de la pérdida auditiva neurosensorial aguda en sujetos jóvenes sanos. Arch. Otolaryngol. Head Neck Surg. 2001, 127, 1049-1052.
3. Pirodda, A.; Ferri, GG; Modugno, GC, Gaddi, A. La hipotensión y pérdida de audición neurosensorial: Una correlación possibile. Acta Otolaryngol. 1999, 119, 758-762.
4. Pirodda, A.; Ferri, GG, Montana, T.; Raggio, R.; Innocenti, G.; Di Nino, hipotensión como G. factor aislado no puede ser suficiente para provocar discapacidad auditiva. J. Laryngol. Otol. 2004, 118, 941-945.
5. Kawakami, M.; Makimoto, K.; Fukuse, S.; Takahashi, H. autorregulación del flujo sanguíneo coclear.Una comparación del flujo sanguíneo cerebral con el flujo sanguíneo muscular. Eur. Arch. Otolaryngol. 1991, 248, 471-474.
6. Pirodda, A.; Degli, ED; Brandolini, C.; Modugno, GC, Cosentino, E.; Borghi, C. ¿Podría la ecocardiografía producir un perfil cardiovascular del sujeto propenso a tinnitus? Med. Las hipótesis 2008, 70, 252-254.
7. Pirodda, A.; Brandolini, C.; Ferri, GG; Raimondi, MC; Modugno, GC; Degli, ED; Borghi, C. Possibile influencia de la frecuencia cardíaca sobre el tinnitus. Med. Hipótesis 2009, 72, 45-46.
8. Degli, ED; Casentino, ER, Santi, F.; De Sanctis, D.; Dormi, A.; Baccelli, S.; Enonguene, JS; Brandolini, C.; Modugno, GC; Prandin, MG; Rinaldi, ER; Ambrosiani, E.; Pirodda, A.; Borghi, tinnitus y los valores sanguíneos de presión en pacientes con insuficiencia cardíaca. J. Clin. Hipertensión 2007, 9 (Supl. A), 255.
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14. Kumagami, H.; Loewenheim, H.; Beitz, E.; Wild, K.; Schwartz, H.; Yamashita, K.; Schultz, JE; Paysan, J.; Zenner, HP, Ruppersberg, JP El efecto de de la hormona anti-diurética en el del saco endolinfático del oído interno. Pflügers Arch. 1998, 436, 970-975.
15. Humes, H.D. Miradas en torno a la ototoxicidad. Analogías con nefrotoxicidad. Ann. NY Acad. Ciencia. 1999, 884, 15-18.
16. Maass, B. del sistema nervioso autónomo y el oído. Adv. Otorhinolaryngol. 1981, 27, 14-25.
© 2009 por los autores; licenciatario Diversidad Molecular Conservación Internacional, Basilea, Suiza.

Este artículo es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribución de licencia (http://creativecommons.org/licenses/by/3.0


Pharmaceuticals 2009, 2, 44-48; doi:10.3390/ph2020044
pharmaceuticals
ISSN 1424-8247
www.mdpi.com/journal/pharmaceuticals
Opinion
Antihypertensive Drug and Inner Ear Perfusion: An Otologist’s
Point of View
Antonio Pirodda
Department of Specialist Surgical and Anesthesiological Sciences, University of Bologna, via
Massarenti 9 – 40138 Bologna, Italy; E-Mail: antonio.pirodda@unibo.it
Received: 23 July 2009; in revised form: 4 September 2009 / Accepted: 11 September 2009 /
Published: 11 September 2009
Abstract: A number of labyrinthine disorders with sensorineural hearing loss, vertigo, and
tinnitus are known to occur to young people without vascular risk factors, thus being
classified as “idiopathic” in the absence of satisfactory explanations; in the last decade, this
phenomenon has found a reliable explanation by the adverse effect of a sharp decrease of
blood pressure values followed by an abnormal vasomotor regulation. This model may not
only be applied to healthy subjects, but even had some confirmation in conditions possibly
affecting hemodynamic changes, such as heart failure or treated hypertension. In particular,
the results of a recent study on the impact of different antihypertensive therapies, which
was analyzed by monitoring the onset or enhancement of tinnitus as a symptom of inner
ear sufferance, unequivocally demonstrated an increased prevalence of tinnitus in subjects
submitted to more “aggressive” treatments. This seems in agreement with recent
observations about the model of fluid homeostasis of the inner ear, and suggests, when
possible, to resort to treatments with modulatory effects in order to maintain a steady
perfusion to the labyrinth thus protecting its function.
Keywords: inner ear perfusion; hemodinamic imbalance; antihypertensive therapy
1. Introduction
A relatively frequent problem otorhinolaryngologists and audiologists must deal with is represented
by the onset of labyrinthine troubles (possibly presenting with sudden sensorineural hearing loss,
vertigo, and tinnitus) affecting young people without vascular risk factors. As most of these affections
are labelled as “idiopathic”, in the absence of a precise cause, it seemed logical to look at some
hemodynamic features, not necessarily of pathologic nature, which could be at the origin of the
phenomena: namely, it was hypothesized - and to some extent demonstrated - that hypotension
followed by an abnormal vasomotor regulation could generate a transient ischemia and a consequent
sufferance of the inner ear [1,2]. Actually, a mild hearing loss affecting the low frequencies was found
to be significantly more represented in subjects with no vascular risk factors but classified as having
essential hypotension as compared to a control population [3]. On the other hand, hypotension itself
without a correlated vasomotor altered reactivity seemed not to be sufficient to provoke inner ear
damages [4], whereas the latter are possibly favoured by the known reduced ability for autoregulation
of cochlear blood flow with respect to the brain flow [5].
This argument could represent a satisfactory explanation for a number of cases of labyrinthine
impairment affecting young healthy subjects in absence of other recognizable causes; accordingly, it
should be kept in mind, as it could be responsible for a recurrence of this kind of disorder when the
underlying conditions are not modified.
Moreover, if in some cases a particular cardiovascular/autonomic profile can be postulated as a
basis for explaining this phenomenon [6,7], analogous conditions of imbalance could derive from an
insufficient cardiac activity, possibly represented by heart failure [8] or, in a wider population, from a
pharmacologic treatment: this is to be considered when planning an antihypertensive therapy.
2. Antihypertensive Therapy and the Inner Ear
To study the possible effect of different antihypertensive drugs on the inner ear function, tinnitus
appears as an available symptom. Actually, it is a non-specific disturbance which can derive from any
level of the auditory pathways, but implies a cochlear involvement in a number of cases [9]: this seems
particularly reasonable when considering cases of recent arousal or cases of intermittence or variations
in intensity of the symptom. On this basis, an investigation firstly concerning the prevalence of tinnitus
in a population of patients with hypertension, and secondly analyzing the impact of different
antihypertensive drugs on the incidence of this symptom in these patients was made [10]. As a matter
of fact, the possibility of generating tinnitus is well known for the most widely used antihypertensive
drugs [11]: however, it seemed of some interest to investigate on the possible correlations between
tinnitus and drug activity. Briefly, it was found that the prevalence of tinnitus was relatively
high (17.6%) in the whole group, and mostly that the subgroup treated with diuretics presented a
significant higher incidence of tinnitus (27.2%) compared with the subgroups under treatment with
angiotensin II receptor blockers (13.5%), alfa-blockers (21.8%), HMG CoA reductase
inhibitors (12.3%). Moreover, the onset of tinnitus was associated with a dramatic decrease in systolic
blood pressure that could be related to the peak effect of the pharmacological treatment in 11.9% of
the patients who presented this symptom [10].
Even if the study did not investigate any causal factor(s) of tinnitus, which can even present as a
symptom deriving from an underlying vascular damage, the reported data seem to confirm a possible
involvement of a rapid lowering of blood pressure values, followed by a sharp vasoconstriction,
among the threatening factors to the labyrinth. It must be considered that the latter is characterized by
a blood supply of terminal type, and therefore represents a typical model of end-organ which can be
more easily prone to damages linked to an acute lack of perfusion. In addition, the complexity of the
labyrinthine structures is to be considered, as a noteworthy amount of energy is required in order to
maintain the homeostasis of fluids: this can result in an overexposure of the inner ear to adverse effects
due to hemodynamic variations.
Indirect support for this interpretation is provided by the recent report of a therapeutic effect of
water intake in Meniere Disease [12]: this labyrinthine disorder, characterized by crises of fluctuating
hearing loss, tinnitus and vertigo, is generally attributed to an endolymphatic hydrops although after
several decades it has not yet reached a precise pathogenic definition. Despite these uncertainties, it
has been widely treated with diuretic therapy without a completely exhaustive rationale: conversely,
the possibility to obtain a cure by water is explained by a positive effect of the reduced plasma
osmolality on the modulation of secretion and action of vasopressin [12], which results in a more
satisfactory control of the hemodynamic balance.
As already mentioned, the latter seems to be a not negligible factor for maintaining the regulation of
the inner ear fluids, which derives from complex processes recently better clarified by focusing on the
presence and the role of aquaporins [13]: these proteins, that even increase the water permeability in
the kidney loop of Henle, represent both a solely osmotic, hormone-independent mechanism of water
reabsorption and a hormone-dependent one linked to the activity of vasopressin, and are considered
essential for labyrinthine homeostasis [13]. The observation that vasopressin application leads to
endolymphatic hydrops in vivo [14], depending on an enhancement of the water influx into the
endolymph compartment through an increase of aquaporin water channels [13], is a further
confirmation of the influence of both osmolality and hormonal interference on the inner ear, and
indirectly outlines the importance of maintaining a steady perfusion to this organ: to this purpose, the
same considerations which strongly suggest to avoid renal hypoperfusion are reliable; as a matter of
fact, actually, important analogies exist between the kidney and the inner ear concerning the functional
mechanisms of water and ion regulation [13], which can even be considered the molecular basis for
unwanted side effects of diuretics and allow a parallelism between ototoxicity and nephrotoxicity [15].
These observations, along with the results concerning our group of patients with sudden
sensorineural hearing loss [1,2] are in agreement of a classical experimental setting of Maass [16]
concerning an animal model of hemorrhagic hypotension, which showed decreased intracochlear PO2
values in proportion to the hypovolemic hypotension and associated to vasoconstriction due to an
increase of sympathetic drive.
In conclusion, it must be firstly precised that the present paper does not aim at discussing about the
primary necessity of setting a safe and effective therapy in subjects with hypertension, which
obviously must be applied according to the most appropriate modalities in order to avoid major
cardiovascular events; moreover, further prospective studies are needed to draw precise conclusions
about the relationship between tinnitus and antihypertensive drugs. However, the awareness of some
aspects concerning the effects on a peripheral sensory organ could be of some additional utility when
choosing the therapy; from this point of view, it should be considered that drugs that block the
vascular effect of either sympathetic activation, as alfa-blockers, or tissue renin – angiotensin system,
as angiotensin II receptor blockers, seem to be useful to reduce tinnitus [10], on one hand, and that a
rapid reduction of the volemia, deriving e.g. from diuretics, could result in a threaten to the labyrinth,
on the other hand.

References and Notes
1. Pirodda, A.; Saggese, D.; Ferri, G.G.; Giausa, G.; Grippo, M.C.; Gaddi, A. The role of
hypotension in the pathogenesis of sudden hearing loss. Audiology 1997, 36, 98-108.
2. Pirodda, A.; Ferri, G.G.; Modugno, G.C.; Borghi, C. Systemic hypotension and the development
of acute sensorineural hearing loss in young healthy subjects. Arch. Otolaryngol. Head Neck Surg.
2001, 127, 1049-1052.
3. Pirodda, A.; Ferri, G.G.; Modugno, G.C.; Gaddi, A. Hypotension and sensorineural hearing loss:
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6. Pirodda, A.; Degli, E.D.; Brandolini, C.; Modugno, G.C.; Cosentino, E.; Borghi, C. Could
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7. Pirodda, A.; Brandolini, C.; Ferri, G.G.; Raimondi, M.C.; Modugno, G.C.; Degli, E.D.; Borghi, C.
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8. Degli, E.D.; Casentino, E.R.; Santi, F.; De Sanctis, D.; Dormi, A.; Baccelli, S.; Enonguene, J.S.;
Brandolini, C.; Modugno, G.C.; Prandin, M.G.; Rinaldi, E.R.; Ambrosiani, E.; Pirodda, A.;
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© 2009 by the authors; licensee Molecular Diversity Preservation International, Basel, Switzerland.
This article is an open-access article distributed under the terms and conditions of the Creative
Commons Attribution license (http://creativecommons.org/licenses/by/3.0/).

domingo, 13 de mayo de 2012

Liquidando los acúfenos: Un tratamiento de auto-disolución para los acúfenos da una nueva esperanza

Las búsquedas del Pentágono para la tecnología para tratar el acúfeno, caracterizado por un zumbido persistente en los oídos, y sufrido por uno de cada 10 adultos en Estados Unidos, y el 40 por ciento de todos los veteranos
Draper Laboratory, en Cambridge, Massachusetts, va a hacer realidad el concepto para un dispositivo de liberación de farmacos pequeño que puede proporcionar alivio a los pacientes con tinnitus. 

El dispositivo se inserta cerca de la ventana redonda que separara el oído medio del oído interno y permite la liberación de la medicación en la cóclea.
 Imagen: Cortesía de Draper Laboratory.
 




 Fuertes explosiones, la conmoción en el campo de batalla puede durar sólo de unos segundos, pero muchos soldados que regresan de combate en el Oriente Medio están experimentando los síntomas persistentes que hacen que se perciben sonidos, incluso cuando están en silencio. 
Los médicos pueden hacer poco para tratar el problema-que por lo general se describe como un zumbido en los oídos o acúfeno, porque carecen de una forma eficaz de administrar medicamentos en el oído interno. 
Eso podría cambiar en unos pocos años, en la forma de una base de polímero implantable a microescala mediante un sistema liberador de fármacos que lleva la medicina al oído interno. 
Se llaman acúfenos o tinnitus, este síntoma afecta a por lo menos uno de cada 10 adultos estadounidenses y es la discapacidad más común entre los veteranos de Afganistán y la guerra de Irak, de acuerdo con el Departamento de Asuntos de Veteranos (VA).
 Hasta el 40 por ciento de todos los veteranos pueden estar sufriendo de tinnitus, y la Administración de Veteranos gasta alrededor de $ 1 mil millones anuales en pagos por incapacidad por el tinnitus, según un estudio publicado el año pasado en la revista Nature. (Scientific American, es parte del Nature Publishing Group.) 
Para abordar el problema, el Departamento de Defensa de EE.UU. ha encargado a Draper Laboratory en Cambridge, Mass , Para el año que viene, dar contenido a un concepto para un dispositivo de suministro pequeño que se inserta cerca de la membrana que cubre a la ventana redonda-de no más de tres milímetros de diámetro de separación del oído medio del oído interno.

 Una vez en la membrana el dispositivo (en esencia, una cápsula de polímero, a pesar que Draper no se está desarrollando ninguno de los medicamentos que pueden ser colocados en el interior) tendría que liberar un fármaco en la cóclea, el órgano tubular que reside en el oído interno que nos permite escuchar.
 El plan es colocar comunicaciones inalámbricas en la cápsula para que el paciente o el médico puede controlar la dosis. 
 Después de que la cápsula termina la entrega de su oferta de drogas, se disolvería. Aunque el proyecto de Draper se encuentra todavía en las primeras etapas y a años de distancia de cualquier ensayo clínico, es una promesa mejor que muchos de los enfoques más comunes de hoy en día de tratamiento del tinnitus . 

 Los esteroides que se inyectan en el tímpano han mostrado cierta promesa para ayudar a los pacientes con cierta alteración auditiva y trastornos del equilibrio, pero el oído comienza la eliminación de estos fármacos a través de la trompa de Eustaquio (un pasaje en el oído medio que actúa como un compensador de presión) tan pronto como el paciente habla , gira o incluso se sienta. Como resultado, el paciente debe soportar varias inyecciones en su oído y permanecer inmovilizado durante un tiempo después de cada inyección, para obtener ningún alivio de la enfermedad. 

"En general no hay muchas maneras para tratar el tinnitus", dice Lloyd Menor, preboste y vicepresidente senior de asuntos académicos de la Universidad Johns Hopkins. 

La de Draper "es potencialmente una nueva forma de administración de fármacos para tratar el tinnitus. En general, no tenemos los tipos de sistemas de liberación de fármacos que nos gustaría conseguir el medicamento en el oído interno." 

NeuroSystec Corp está desarrollando un agente neuro-activo destinado a calmar los nervios hiperactivos responsables de los tinnitus de origen coclear.

 La biotecnologica de Valencia, California, ha puesto en marcha y licenciado una bomba osmótica de Durect Corp. en Cupertino, California, una empresa que trabaja en una serie de mecanismos de liberación de fármacos de diversas partes del cuerpo, incluyendo el oído interno. 

 Otros enfoques avanzados de abordar el tinnitus están en experimentación durante años, pero la mayoría todavía no están listos para el mercado. 

Otonomy, Inc. de San Diego está probando la liberación sostenida de dexametasona (un tipo de esteroide) en gel que se inyecta en el oído medio, donde permanecería en su lugar, disolviéndose lentamente y liberando el fármaco para tratamientos de la audición y trastornos del equilibrio.

 MicroTransponder , una compañía de dispositivos médicos que salió de la Universidad de Texas en Dallas en 2007, está tratando de ampliar el uso de su electrodo implantado para neuro-estimulación del sistema del nervio vago, usado para el tratamiento de la epilepsia intentando ayudar a los pacientes de tinnitus del mismo modo. 

El enfoque de la neuro-estimulación muestra una mayor promesa que los basados en la entrega de medicamentos para el oído interno, en este momento, dice Michael McKenna, un otólogo y neurólogo de la Massachussets Eye and Ear en Boston. 

La terapia dirigida de drogas es de beneficio cuestionable, porque el zumbido proviene de una variedad de causas, incluyendo la pérdida de audición relacionada con la edad, lesiones traumáticas del oído o trastornos del sistema circulatorio y tiene diferentes grados de severidad, añade. 

 Tal vez una combinación de todos estos esfuerzos terminen dando a luz el alivio que buscan personas con tinnitus. "Nada realmente ha sido una panacea, por lo que hay necesidad de un mayor desarrollo tecnológico", dice Menor. Si la tecnología de Draper "trabaja en la forma en que están esperando que funcione, será potencialmente un gran avance para el campo."
 Autor: Larry Greenemeier | 23 de marzo 2012 |
 Fuente: http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=tinnitus-treatment&WT.mc_id=SA_syn_HuffPo

La N-acetil-cisteína contra el deterioro auditivo inducido por desplazamiento temporal del umbral auditivo de trabajadores varones.

 
Estudios previos en animales mostraron ciertos efectos protectores de los medicamentos antioxidantes contra la pérdida de audición inducida por ruido (PAIR).

No está claro si los antioxidantes también protegen a los humanos de pérdida de la audición.

Se realizó un estudio para determinar si la N-acetil-cisteína (NAC) protegía a los hombres contra el ruido inducido por desplazamiento temporal del umbral (TTS) y si los subgrupos con polimorfismos genéticos de la glutatión S-transferasa (GST) T1 y M1 respondían a NAC de manera diferente.

En este estudio prospectivo, doble ciego y cruzado, 53 trabajadores de sexo masculino fueron asignados aleatoriamente para recibir NAC (1200 mg / día, 14 días) durante el primer período y el placebo durante el segundo período, o un placebo durante el primer período y NAC durante el segundo período.

Los Períodos de dosificación fueron separados por un período de lavado de 2 semanas.

Los cambios de umbral de audición se determinaron antes y después de cada período de dosificación.

Previamente al estudio el notch de umbral de audición para las frecuencias altas fue de 19,1 dB.

La exposición diaria al ruido variaba desde 88,4 hasta 89,4 dB.

La Exposición en  diferentes frecuencias varió desde 80,0 hasta 89,4 dB con un valor de punta a 4 kHz.

El NAC redujo significativamente  el TTS (p = 0,03).

Cuando los participantes se agruparon por genotipos  GST M1/T1, el efecto de la NAC sólo fue significativo entre los trabajadores con los genotipos nulos tanto para GSTM1 como para  GSTT1 (p = 0,004).

El NAC puede evitar hipoacusia inducidos por el TTS entre los hombres expuestos ocupacionalmente al ruido.

El efecto protector de la NAC fue más prominente en los sujetos con genotipos nulos tanto GSTM1 como para  GSTT1.
(Identificador de clinicaltrials.gov: NCT00552786).
Fuente: Hear Res. 2010, 01 de octubre, 269 (1-2) :42-7

N-Acetyl-cysteine against noise-induced temporary threshold shift in male workers.

Previous animal studies showed protective effects of antioxidant medicines against noise-induced hearing loss (NIHL). It is unclear whether antioxidants would protect humans from NIHL. 

We conducted a study to determine whether N-Acetyl-cysteine (NAC) protected men against noise-induced temporary threshold shift (TTS), and whether subgroups with genetic polymorphisms of glutathione S-transferase (GST) T1 and M1 responded to NAC differently. 

 In this prospective, double-blind, crossover study, 53 male workers were randomly assigned to receive either NAC (1200 mg/day, 14 days) during the first period and placebo during the second period, or placebo during the first period and NAC during the second period. 

Dosing periods were separated by a washout period of 2 weeks. 

 The hearing threshold changes were determined before and after each dosing period. 

Pre-shift hearing threshold for high frequencies was 19.1 dB. 

Daily exposure to noise ranged from 88.4 to 89.4 dB. The noise levels of different frequencies ranged from 80.0 to 89.4 dB with a peak-value at 4 kHz. 

 NAC significantly reduced TTS (p = 0.03).
 When the participants were grouped by GST M1/T1 genotypes, the NAC effect was only significant among workers with null genotypes in both GSTM1 and GSTT1 (p = 0.004). 

NAC may prevent noise-induced TTS among occupationally noise-exposed men. 
The protective effect of NAC was more prominent in subjects with both GSTM1-null and GSTT1-null genotypes. 
(clinicaltrials.gov Identifier: NCT00552786).  
Hear Res. 2010 Oct 1;269(1-2):42-7

Músicos que no quieren ser (tan) escuchados

No parecería sensato que un músico le pida a sus seguidores que se tapen los oídos cuando vayan a uno de sus conciertos.
Pero tiene lógica si lo que quiere el artista es que su público pueda seguir disfrutando en forma plena de sus canciones.

 Es que hay una paradoja entre los amantes de la música: escuchar demasiado, en particular cuando la demasía está en el volumen, puede hacer que su oído se dañe de forma permanente, invadido por unos zumbidos crónicos que se llaman acúfenos (también conocidos por su nombre en inglés, tinnitus).

 Es por eso que el músico de hip hop y rap británico Plan B, junto a otros artistas, le está pidiendo a sus fans que usen tapones para los oídos cuando vayan a los conciertos.

 El volumen que suele registrarse en los espectáculos de música se encuentra en torno a los 110 decibelios (dB), por encima de los entre 70 y 80 dB que algunos expertos consideran un nivel seguro (equivalente al ruido de una aspiradora o el sonido de tráfico intenso).

Un mal de millones Plan B, al igual que millones de personas en el mundo, padece de acúfenos, algo que es común entre artistas y gente del ambiente de la música.

 "Si uno está escuchando mucha música, produciendo música o tocando en vivo, siempre hay que usar tapones para los oídos", dijo Plan B en el marco de la campaña Loud Music(Música Fuerte, en inglés), de la organización no gubernamental Action On Hearing Loss(Acción sobre la pérdida de audición).

 "Cuando empecé a padecer (los acúfenos), pensé que eran los trenes que pasaban cerca de casa, es que vivo a poca distancia de las vías; era un sonido agudo y fuerte". "No hay duda de que ha sido causado por años de estar en escena, sometido a muy altos decibelios de música", aseguró.

 "Cuídense, usen tapones" Además de los mensajes de figuras públicas, los organizadores de la campaña distribuirán tapones para los oídos en el próximo Camden Crawl, un evento para nuevos talentos de la música en el que se dieron a conocer artistas de la talla de Amy Winehouse. "Lamentablemente, cuidar los oídos es algo en lo que uno no piensa hasta que aparece un problema", dijo el vocalista de Coldplay Chris Martin, quien también participa de la iniciativa.

 "Hace diez años que tengo acúfenos y desde que empecé a proteger mis oídos he evitado que empeore; me hubiera gustado pensarlo antes".

 "Ahora siempre usamos tapones moldeados o auriculares (para monitorizar el sonido), para tratar de proteger la audición", explicó. La estrella de los 70 Gary Numan dijo lamentarse de no haber sido aconsejado a tiempo.

 "No cuidé de mis oídos y ahora tengo problemas", contó el músico de 54 años. "Es serio, a tal punto que ya no puedo mezclar bien mi música; ha impactado en mi carrera".

 "De haberme cuidado cuando joven, esto jamás habría sucedido, así que estoy muy arrepentido". "Así que cuídense, usen tapones para los oídos".

De todos modos, el volumen alto no es la única causa de acúfenos.

También pueden producirlos enfermedades en el oído interno, la obstrucción en el canal auditivo (como cuando se acumula mucho cerumen), una inflamación por infección e inclusive presión arterial más alta de lo normal, el efecto secundario de ciertos medicamentos o un tumor benigno del nervio auditivo.

Hasta ahora no existe una cura para esta condición, pero puede ser tratada de varias formas, que incluyen la relajación y el uso de terapias de sonido para distraer al paciente del zumbido o el timbre del acúfeno, o terapias de habituación para alterar los sistemas de respuesta del sonido.
  
Fuente: http://www.pe.terra.com/salud/interna/0,,OI5770083-EI5479,00.
html British Broadcasting Corporation (BBC,Corporación Británica de Radiodifusión).

martes, 1 de mayo de 2012

Acúfenos: Seción fisiopatologia: Insuficiencia Cardíaca y acúfenos


Tinnitus in Elderly Patients as an Indicator of Prognosis of Mild-To-Moderate Congestive Heart Failure –Study

Author:  Dr. Reeja Tharu 
Date: July 06, 2011 - General Health News



Claudio Borghi et al carried out a study to assess the prevalence of tinnitus in a large group of elderly patients with chronic heart failure (CHF) and to define the relationship between the occurrence of tinnitus and the severity and prognosis of CHF.

Tinnitus

Tinnitus is a head noise, which does not have an external source. It is usually perceived by the patient alone and cannot be heard by anyone outside. The noise may lasts for five or more minutes and may occur at least once a week.

Tinnitus is largely considered a nonspecific symptom of an unknown dysfunction of the hearing system and is associated with hearing loss of various degrees.

Various factors are associated with tinnitus ranging from genetic to iatrogenic, neurological to vascular. However a proper explanation is still not available.

Any clinical condition that causes a reduction in blood flow to the ear level can cause tinnitus or trigger a flare in those patients already affected by this disorder.

Various clinical conditions are associated with tinnitus and they include middle ear diseases, vascular diseases, hypertension, diabetes, autoimmune disorders, and degenerative neural disorders.

Chronic heart failure (CHF)

CHF could be considered as an ideal biological model to test the vascular disregulatory hypothesis of tinnitus since it is linked to reduced cardiac output.

Like tinnitus, CHF too is more prevalent in the elderly population.

Method Of Study

A cross–sectional study was carried out on 958 consecutive elderly patients (age >65 years) with a diagnosis of CHF to correlate the relationship between tinnitus and the clinical prognosis of mild-to-moderate chronic heart failure (CHF) in a large group of elderly patients.

 
Blood pressure, echocardiographic parameters, brain natriuretic peptide (BNP), hospitalization, and mortality for CHF were some of the parameters that were measured.

Multivariate logistic regression was used for analysis.

Patients who were excluded from the study include those with –

• Stage 3 to stage 5 chronic renal failure

• Hypoproteinemia

• Recent increase in diuretic dosage (less than 30 days)

• Diuretic dosage change during follow-up

• Use of other ototoxic drugs such as aminoglycosidics

• Continuous use of fully dosed non-steroidal anti-inflammatory drugs (NSAIDs).

Each patient was actively followed-up for a cumulative period of 12 months after enrolment in the study.

Conclusion

To date, this is the first large, cross-sectional, clinical study that has been carried out to link tinnitus and CHF in elderly patients.

The study suggests that in the elderly, presence of tinnitus is linked to a decline in LV function and that this could be the result of insufficient auto regulatory mechanism related to circulation of the inner ear.

The one-year hospitalization and mortality from CHF was significantly increased in patients with tinnitus.

 This may be considered as an indirect symptom of poor hemodynamic stability in elderly CHF patients and allows for the early identification of patients with CHF who need more aggressive management to improve their quality of life.

The data from this study indirectly supports the hypothesis that tinnitus is linked to poor CHF control in elderly patients and can have some important clinical implications in the early identification of CHF patients who need aggressive management.

Source: Tinnitus in elderly patients and prognosis of mild-to-moderate congestive heart failure: a cross-sectional study with a long-term extension of the clinical follow-up; Claudio Borghi et al; BMC Medicine 2011.

Fuente-Medindia

Articulo Original: Tinnitus in Elderly Patients as an Indicator of Prognosis of Mild-To-Moderate Congestive Heart Failure -Study - | 
MedIndia http://www.medindia.net/news/Tinnitus-in-Elderly-Patients-as-an-Indicator-of-Prognosis-of-Mild-To-Moderate-Congestive-Heart-Failure-Study-87371-2.htm#ixzz1tfYYOX7y

Suecia, Conferencia psicológica de un dia sobre los acufenos y el sufrimiento de los pacientes