domingo, 25 de enero de 2009

RUIDOS FANTASMAS-Publicado por Diario Perfil/2007




“Ruidos fantasmas”: un nuevo mal de los jóvenes por los MP3



El 20% de la población mundial padece acúfenos, enfermedad que genera un zumbido extraño en los oídos. Suele afectar a personas mayores, pero en los últimos años, por el uso de reproductores de música digital y el aumento del ruido callejero, se duplicó el número de consultas de adolescentes, algo impensado tres décadas atrás. Las claves de la prevención.
Por Florencia Ballarino

En problemas. En el consultorio del otorrinolaringólogo Darío Roitman se duplicaron las consultas por acúfenos en adolescentes. Asegura que el uso de auriculares en la calle es uno de los factores que dañan severamente a las células sensitivas del oído. Facundo R. tenía 21 años cuando a la salida de un recital de Los Redonditos de Ricota comenzó a sentir en sus oídos un zumbido leve pero constante que no provenía del exterior sino de su propio cerebro. El ruido lo acompañaba a todos lados y tras un pico de estrés se convirtió en ensordecedor. A partir de ese momento, su vida se transformó en un peregrinar por médicos y tratamientos hasta que le diagnosticaron que sufría de acúfenos, una enfermedad causada, entre otros factores, por la exposición a ruidos fuertes y que afecta al 20% de la población mundial.
“Todo el tiempo escuchaba en mi cabeza como un acople de guitarra. Me angustié mucho, porque no podía dormir ni concentrarme”, recordó este ingeniero platense, hoy de 37 años.
El caso de Facundo no es extraño; especialistas consultados por PERFIL aseguraron que en los últimos años se duplicaron las consultas de jóvenes con problemas auditivos. “Hace 30 años casi no se atendían adolescentes con acúfenos y hoy es algo habitual”, señaló Carlos Boccio, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Italiano.
Ocurre que sufrir acúfenos se está convirtiendo en un trastorno cada vez más común, en especial entre los usuarios de iPods y otros reproductores de música de gran potencia, como consecuencia de una prolongada y reiterada exposición a niveles altos de ruido (por encima de los 80 decibeles).
Causas. “Cuando los adolescentes usan sus Mp3 a todo volumen o salen de una discoteca, suelen sentir en sus oídos un zumbido pasajero. Pero, a largo plazo y en personas más predispuestas, estos acúfenos pueden convertirse en un daño permanente”, explicó Darío Roitman, otorrinolaringólogo del Hospital de Clínicas y director del Centro de Acúfenos de Buenos Aires.
Las personas que padecen esta enfermedad con el tiempo se adaptan al ruido en sus cabezas, pero cerca del 1% sufre una variante crónica, que produce alteraciones en el sueño, falta de concentración y angustia emocional. Esto es lo que le paso a Horacio F., quien desde hace cinco años convive con un ruido –“similar al de un motor de heladera”– que interfiere con su audición. “Trato de llevar una vida normal, distraerme para olvidarme. Pero el momento más difícil es cuando me acuesto porque me reencuentro con el ruido”, reconoció.
Aunque los acúfenos tienen varias causas, como tensión nerviosa, anemia o hipertensión arterial, la más común es sufrir un trauma acústico. “Los sonidos fuertes dañan células ciliares del oído interno, que no se regeneran. Cuando faltan, hay una pérdida de la audición y se presentan síntomas como los acúfenos”, aseguró Roitman.
Por este motivo, los especialistas coinciden en la necesidad de trabajar en la prevención. Este fue el eje central del X Congreso de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica, que se realizó esta semana en Buenos Aires. “Necesitamos crear nuevos hábitos en los niños para que aprendan a cuidar sus oídos, de lo contrario tendremos una generación de personas con problemas auditivos”, pronosticó Boccio, presidente del encuentro.
Remedios. Investigadores de todo el mundo trabajan para comprender cómo funcionan los mecanismos fisiológicos y psicológicos responsables de los acúfenos. En este sentido, este año el premio L’Oreal-Unesco a mujeres destacadas de la ciencia fue para la científica argentina Ana Belén Elgoyhen, por sus aportes para comprender los fundamentos moleculares de la audición (ver recuadro).
Aunque no hay cura, existen tratamientos que se utilizan para atenuar los acúfenos. Los más comunes enmascaran el ruido fantasma que sufre el paciente. “Se coloca un audífono que genera un sonido similar al que siente el paciente y que lo cubre, produciendo una sensación más placentera”, explicó Roitman.
Además, hay vasodilatadores, corticoides o tranquilizantes que logran disminuir sus efectos. Otros tratamientos, en fase experimental, incluyen implantes de electrodos y estimulación magnética. En definitiva, la esperanza es hallar una solución para un trastorno que podría convertirse en moneda corriente.
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Argentina y con premio
Ser capaz de leer sin ser molestado por los sonidos de fondo o de oír lo que dice un amigo en medio de una avenida ruidosa parece algo natural. Pero hasta hace poco la ciencia desconocía qué proteínas participaban de este sistema. El enigma formó parte de la fisiología auditiva por más de 30 años, hasta que la investigadora argentina Ana Belén Elgoyhen, del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (Ingebi-Conicet), identificó a los receptores neuronales especializados del oído interno que intervienen en la modulación de los sonidos. El descubrimiento le valió el premio L’Oreal-Unesco 2008 “Para mujeres en ciencia”.
Hoy, Elgoyhen integra el comité científico asesor de la ONG Tinnitus Research Initiative que busca encontrar una solución para las personas que sufren acúfenos. “En todo el mundo se está investigando en farmacología y también en estrategias de estimulación neuronal y entrenamiento auditivo para hallar cura a una sintomatología muy debilitante”, explicó.
Efectos adversos del rock
Después de protagonizar año tras año grandes conciertos de rock y tocar frente a miles de personas con altoparlantes de enorme potencia, varios músicos famosos reconocieron públicamente que padecen acúfenos, entre ellos Bono, Sting y Phil Collin.
También Eric Clapton admitió a fines de 2006 que si pudiera retroceder el tiempo, pediría bajar el volumen de los parlantes durante sus conciertos. “Mis oídos están arruinados; si me detengo a escuchar, percibo como un silbido constante en mi oído. Probablemente, toqué frente a parlantes con 100 watts de potencia. Fue una locura”, declaró el guitarrista británico.
La enfermedad es tan común entre los músicos, que Kathy Peck, guitarrista de la banda punk The Contractions –de gran éxito a fines de la década del 70– decidió crear en 1988, a partir de su experiencia personal, la asociación H.E.A.R. (Hearing Education and Awareness for Rockers). ¿El objetivo? Alertar a los jóvenes sobre los peligros de exponerse a altos niveles de ruido y también con el objetivo de ayudar a los rockeros que padecen acúfenos.

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