sábado, 6 de julio de 2013

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La osteopatía y sus logros

Por Ramiro Juri / Especial para Clarín

Se trata de una terapia manual suave y correctiva, muy útil para tratar trastornos como la artrosis, mareos, cefaleas, problemas de columna y esguinces. Cómo actúa.

02/01/13 - 13:48
Con más de un siglo de antigüedad, la osteopatía es una terapia manual, suave y correctiva surgida en los Estados Unidos, presente hoy en buena parte del globo.
El término no remite sólo al tratamiento de problemas relacionados con los huesos, sino a aquellos de los tejidos.
“Trabajamos sobre la parte músculo-esquelética, la parte visceral, el sistema nervioso y los líquidos”, explica la D.O (Diplomada en Osteopatía) Celia Mónica Dayan, y agrega: “La terapia no se orienta al síntoma en particular, sino a la causa que lo motivó.
Por ejemplo, el hecho de tener una pierna más corta que la otra puede generar desequilibrios que deriven en dolores cervicales o dorsales, entre otros. El paciente va a hacer la consulta por esos dolores, pero la causa está más allá de esa zona.”

Algunos de los más frecuentes motivos de consulta son los dolores en las articulaciones, mareos, cefalea, problemas de columna y esguinces.
Frente a ellos, la osteopatía parte de una visión integral del individuo, concibiendo al cuerpo como una totalidad cuyas estructuras son interdependientes.
Por empezar, el trabajo del osteópata se realiza en una camilla, sin aparatos. Su herramienta son las manos, a través de las cuales se detectan, por medio de la palpación, las zonas que presentan restricciones de movilidad, buscando devolverles la funcionalidad.

Lo primero que se hace en una sesión es la anamnesis, que consiste en interrogar al paciente sobre el motivo de la consulta, cuánto tiempo hace que tiene el problema en cuestión, sus antecedentes médicos, sus actividades diarias, etcétera. Los aspectos psíquicos y emocionales resultan fundamentales.

La doctora Laura Susana Legal, D.O., directora de la Escuela Osteopática de Buenos Aires, subraya la importancia de esta primera parte, para poder ubicar al paciente en su edad y en sus capacidades corporales. “Luego, nuestra tarea es tratarlo en su totalidad, buscando la causa del problema; observar cuál es su postura, cuáles son las tensiones mayores que pudiera tener, etcétera. Ver si un problema de cadera, por ejemplo, no fue generado por un apoyo inadecuado de los pies”.

Tiene lugar entonces la etapa de observación, donde se repara en la forma en que el paciente camina, cómo se para y cuál es la descarga de peso que hace al moverse; también se le pueden hacer test de movilidad, para evaluar sus movimientos. Y luego, sí, se procede a la palpación, a través de la cual se lo puede diagnosticar y tratar.

“Por medio de este tratamiento -explica Dayan-, se apunta a percibir los micromovimientos, que son expresión de la vitalidad y la salud del paciente.” Aclara que no se trata de masajes, sino de tratamientos correctivos para que el cuerpo pueda activar sus fuerzas de autocuración, desbloqueando las zonas restringidas y recobrar así el equilibrio y la armonía.

Sobre la artrosis

La artrosis es una enfermedad que afecta al 10% de la población adulta, con una prevalencia algo mayor en mujeres que en hombres, porcentaje que se eleva sensiblemente con la edad. No obstante, su aparición puede ser más o menos temprana, dependiendo de factores tales como la predisposición genética, el sobrepeso o cuestiones posturales.

Además, los cambios en el estilo de vida han hecho que algunos tipos de artrosis se observen más que en el pasado.

En este sentido, el doctor Gustavo G. Nasswetter, jefe de la división Reumatología del Hospital de Clínicas, observa que “es frecuente que hoy, por el uso de computadoras, uno no tenga posiciones apropiadas, de buen respaldo, y que pase muchas horas en actitudes inadecuadas. Eso genera rectificación de la columna cervical, contracturas paravertebrales y una dinámica del eje que no es la mejor”.
     
En este sentido, la licenciada Laura Marcela García D.O., vicedirectora de la Escuela Osteopática de Buenos Aires, explica que si bien los osteópatas “no podemos regenerar una articulación, sí podemos restablecer el equilibrio funcional para que esa articulación con artrosis pueda moverse con su capacidad máxima, a pesar de la alteración estructural.” Y remarca: “El hecho de tener artrosis no significa que el paciente tenga que vivir con dolor”

Por otro lado, los perjuicios de una vida sedentaria son señalados por todos los especialistas. Así, Dayan explica que con el sedentarismo “no se favorece la irrigación, pudiendo así alentar, por mala circulación, un desgaste óseo de las articulaciones y de todos sus componentes, llámese cartílago, cápsula, etcétera”.

Actividad física personalizada

Caminar diariamente, hacer natación y andar en bicicleta, son algunas de las actividades que ayudan a cuidar el cuerpo y mantenerlo flexible.

Sin embargo, como explica Nasswetter, el ejercicio debe estar adecuado a la realidad del paciente en un momento determinado. “Si el paciente tiene una artrosis de rodilla, el dolor hace que use menos esa articulación. Si se usa menos, se hipotrofian los músculos y se crea un círculo vicioso. Entonces, el paciente puede empezar por hacer ejercicios de fortalecimiento de cuadriceps, en los que no se mueva la articulación.”

En este sentido, García aclara que “es importante complementar los ejercicios físicos con cualquier actividad de flexibilización corporal. Pero teniendo cuidado con cómo se hace. Porque mucha gente realiza la actividad adecuada, pero la realiza mal. Entonces, lo que debería ser terapéutico se convierte en una sobre solicitación mecánica extra.”

Por otro lado, Legal advierte que, si bien el sedentarismo es perjudicial, un exceso de actividad también lo es: “Hay gente que hace un deporte y se toma un antiinflamatorio antes para no sentir dolor. Esa persona está yendo contra su fisiología.”

Finalmente, los especialistas coinciden en que la actividad física que la persona elija para su vida diaria debe gustarle, ya que caso contrario devendría una presión adicional. 

Otros motivos de consulta

Además de lo expuesto, son frecuentes las consultas por:

- Alteraciones respiratorias (tales como bronquitis)
- Alteraciones digestivas
- Acufenos (percepción de golpes o sonidos en el oído, que no provienen del exterior)
- Problemas en la visión (miopía, ojos secos, etc.)
- Ronquidos
- Colon irritable
- Etcétera.

No hay límite de edad para atenderse con un osteópata, desde recién nacidos hasta personas de edad avanzada. La cantidad de sesiones, así como la frecuencia, dependen de cada situación, aunque por lo general varían entre 3 y 8 sesiones de no más de una hora, con una frecuencia que suele ser quincenal o mensual.
Asimismo, el tratamiento osteopático no es en modo alguno excluyente respecto del de la medicina tradicional, sino que pueden ser perfectamente complementarios.


Más información

celiada_7@yahoo.com.ar

info@escuelaosteopatica.org

http://www.hospitaldeclinicas.uba.ar/contenidos.php?id=71

Fuente: http://www.clarin.com/buena-vida/salud/auge-osteopatia_0_832716937.html

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