La temible hipertensión
Las enfermedades cardiovasculares se han convertido en la primera causa de muerte en países del primer mundo, incluso por delante de los accidentes de circulación o el cáncer.
Se han establecido una serie de "factores de riesgo cardiovascular" coadyuvantes en la aparición de ciertas enfermedades graves como la angina de pecho, el infarto de miocardio, la insuficiencia cardiaca o la hemorragia cerebral.
Tres factores de alto riesgo se hallan presentes en casi todos los casos: el tabaquismo, la hipercolesterolemia (exceso de grasas en sangre) y la hipertensión arterial. De ellos, la hipertensión arterial resulta un factor clave y primera causa de insuficiencia cardiaca y renal en nuestro país.
La tensión arterial deseable oscila entre 130/85, en función de la raza, el sexo, la edad, etc. y la mayor parte de la población no se adapta a estas cifras. La Organización Mundial de la Salud considera que existe hipertensión cuando tres medidas distintas realizadas en reposo y en condiciones adecuadas superan los valores 140/90. Según los valores determinados en el paciente, hablamos de tres grados: ligera, moderada y grave.
Inicialmente no se manifiesta a través de síntomas, lo que provoca un problema añadido. Los enfermos no notan nada, salvo en casos graves (mareos, dolor de cabeza y pecho, pérdida de visión, inestabilidad, acúfenos, etc.), lo que complica que se adapten a nuevas actitudes vitales o a un tratamiento farmacológico que creen no necesitar.
La hipertensión no tratada produce, a largo plazo, lesiones irreversibles en el sistema vascular, pero fundamentalmente en los denominados órganos diana: corazón, cerebro y riñón, que deben ser protegidos para evitar complicaciones como el accidente cerebro-vascular, la insuficiencia renal o el infarto de miocardio.
El tratamiento puede dividirse en dos partes interrelacionadas. Una se refiere al tratamiento farmacológico y la otra a la adopción de un nuevo estilo de vida, una serie de normas dietéticas e higiénicas que pueden minimizar e incluso evitar el farmacológico.
Debe actuarse siempre bajo supervisión médica, estando la automedicación absolutamente prohibida. Los fármacos son muy eficaces y específicos para cada caso, pudiendo utilizarse en monoterapia, aunque lo más frecuente es que se administren asociados.
Será el médico el que prescriba el más adecuado. Puede ocurrir que al principio recete uno y al cabo de un tiempo (tras comprobar la evolución del enfermo) lo cambie.
Modificar el estilo de vida parece sencillo, pero a los hipertensos les cuesta adaptarse a su nueva situación, aunque las normas son fácilmente aplicables y reducirían los riesgos de accidente vascular:
-Dejar de fumar
-Evitar el alcohol
-Vivir sin estrés con mecanismos de relajación o con fármacos bajo control médico.
-Realizar ejercicio físico diario.
-Adelgazar, a través de una dieta prescrita por un especialista. Aumenta el consumo de verdura, fruta y legumbres y reduce el de alimentos ricos en grasa y precocinados.
A nivel dietético:
-Reduce la sal; los especialistas coinciden en eliminar de la dieta embutidos, conservas, alimentos precocinados, quesos, etc., cuyo contenido en sal es muy elevado.
-Utiliza ajos, aunque sin abusar, porque el exceso provoca diarreas y trastornos estomacales, además del conocido y denostado mal olor.
-Aumenta el consumo de alimentos ricos en potasio: frutos secos, legumbres, chocolate, pescado, carne, cereales, etc.
-Incorpora alimentos ricos en calcio como espinacas, cebolla, judías, brócoli, garbanzos, nueces, etc.
-Aumenta la cantidad de agua ingerida para favorecer la diuresis y reducir la sobrecarga en el riñón. Elige agua mineral con bajo contenido en sodio.
El pronóstico de los hipertensos correctamente tratados es bueno. Su calidad de vida es comparable con la de las personas que no padecen esta patología, pero deben concienciarse y cuidarse desde el momento en que son diagnosticados, siguiendo siempre las pautas establecidas por el especialista.
fuente: La Opinion Coruña, España
http://www.laopinioncoruna.es/sociedad/2011/02/28/temible-hipertension/471997.html
fuente de la imagen: bbc.co.uk
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