miércoles, 27 de junio de 2012

Del tinnitus y otros sonidos asesinos. Para leerse, verse y oírse.


Álbaro, baterista de El Columpio Asesino, en una cámara anecoica; durante el rodaje del documental 'Oírse'.
Álbaro, baterista de El Columpio Asesino, en una cámara anecoica; durante el rodaje del documental 'Oírse'.

Fue en 2005 que me dañé el oído derecho, durante una tocada de DJ en la Terraza del Centro Cultural de España, en México DF. Haber estado expuesto al monitor de audio – a menos de un metro de distancia – fue algo que me hizo sentir la música intensamente, durante 4 horas, para no volver a escucharla igual, jamás.

El oído es un sentido, al igual que la vista. Y el equivalente a lo que ocurrió entre el sonido constante desde las bocinas y la exposición directa a mi oreja, fue como estar mirando fijamente a un foco de 300 watts, durante 4 horas.

Combinado con un cuadro de Influenza Estacional que me provocó una fuerte infección que se extendió hacia el nervio auditivo y un “tapón” de mucosa infectada en los conductos auditivos, recuerdo aquel invierno del 2005, como una de las peores etapas de mi vida: (sumado con que acababa de separarme de la chica con la que estuve desde la primavera del 2003), tuve que pagar más de $30,000 en otorrinolaringólogos, resonancias magnéticas y medicamentos. Cualquiera de esas cosas se convirtió en una nimiedad, cuando fui descubriendo que el fino zumbido en mi oído derecho permanecía ahí, día con día, a todo momento: al despertar, durante una conversación o mientras estaba en un taller de meditación. Es la locura, tener a una orquesta chirriante tocando 24/7 dentro de tu cabeza: no sólo no puedes escuchar bien cualquier plática, sino que en ocasiones ni siquiera puedes escuchar correctamente tus propios pensamientos.

Las audiometrías indicaban una “cicatriz” sónica (como las manchas de colores que permanecen en la vista, después de ver hacia una luz intensa, pero ¡imaginen que estas manchas prevalecieran durante días y semanas!) Era una marca del daño que me había hecho y que podría sanar levemente, pero el diagnóstico de los doctores, era que tendría que convivir con ese zumbido… toda mi vida: lo explicaban como si los “pelitos” en la cóclea, dentro del oído, se hubieran quedado “caídos” y estuvieran enviando una señal perpetua, como si se hubiera quedado pegado el dedo de un niño al timbre de una casa. Entendí entonces la locura, y tuve imágenes donde quise cortarme la oreja, al estilo Van Gogh, con tal de quitarme ese ruido interno en la cabeza, ése sufrimiento constante que resultaba difícil compartir con los demás. Un zumbido llamado: Tinnitus.

[Chéquense las imágenes que aparecen en Google Images, al buscar la palabra "Tinnitus" y observen las expresiones de dolor y desesperación en la gente: It's Safe For Work].

Afortunadamente, el cerebro es inteligente y tiene una especie de mecanismo anti-spam: cuando éste descubre una señal constante e inútil, la convierte en parte del panorama hasta ignorarla, o enmascararla. He perdido un poco de capacidad auditiva – para nada estoy sordo – pero esto sí funcionó como un warning para cuidar a uno de los sentidos más increíbles con los que hemos sido dotados en esta vida. La angustia la recuerdo bien: ¿cómo una persona dedicada a la comunicación, a la radio y amante de la música, podría perder su más elemental herramienta de trabajo? Desde entonces creo que le bajé un poco al reventón, me alejé de las bocinas, le bajé 3 rayitas al volumen en mis aparatos de sonido y audífonos… y cuando voy a un concierto que identifico como algo que me empieza a hacer daño, me pongo unos tapones de goma (los venden en cualquier farmacia o tienda departamental), o de menos, hago rollitos con servilletas y me los pongo en los oídos, para amortiguar el ruido y los altos decibeles. Me veo como Frankenstein, pero me salvo de afectarme aún más. ¿Cómo identificar cuando los decibeles están subidos de tono? Los especialistas en el oído, dicen que si en un antro tienes que gritar, para hablarle a la persona que está junto a ti, entonces se han sobrepasado los niveles tolerables y el escucha está recibiendo un daño (como la exposición constante de la vista a un foco, como lo ejemplificaba en párrafos anteriores).

Aquí una breve lista de App’s de iPhone, para medir decibeles.

Desde aquel invierno del 2005, caí en cuenta de la importancia de generar una conciencia alrededor de los niveles de ruido y de la contaminación auditiva. Las regulaciones al respecto (en México), están mal difundidas (aquí algo de lo que se ha regulado) y rara vez ejecutadas, a menos que sea para sobornar a los dueños de restaurantes y antros.  Sí me he vuelto conservador, pero… ¿cómo decirle a otra persona que le baje al volumen en sus audífonos sin hacerlos sentir que los estás privando de su libertad de escuchar la música de un modo fuerte y chingón, y sin quedar como un señorcito asustadizo?

La manera más didáctica y con la moraleja más cool, la he encontrado en la ficción It’s All Wrong, Pete Tong (Michael Dowse, 2004), la cual narra la historia de un DJ super-estrella de raves, que en sus excesos, pierde el oído, hasta quedarse sin chamba y en el olvido. Es como el Trainspotting para los que les gusta el “punchis-punchis”.

Es de agradecerse cualquier ejercicio por hacer campaña al respecto. Y con gusto, nos hemos enterado en Panamérika que el documentalista español David Arratibel, se encuentra realizando un trabajo llamado Oírse, del cual incluímos un teaser aquí abajo. El trabajo quedará completo hacia 2013.

OÍRSE [teaser] from filmotive on Vimeo.

[Por cierto, si quieren "sentir" cómo se escucha el zumbido, chéquenlo en el teaser a partir del segundo 0:50 y el 1:21].

El documental trata sobre cuatro distintas personas que viven con Tinnitus en España; entre éstas cuatro se encuentra Álbaro Arizaleta -baterista de El Columpio Asesino – y el propio director, quien también pasa sus días con un “pitido” en los oídos.

Se trata de un documental que pretende no tener fines científicos o educativos (aunque logra totalmente empatizar a la audiencia con la experiencia de vivir de ese modo). Y entre otros aspectos peculiares, algunas secuencias han sido grabadas en una cámara anecoica de la empresa navarra Acústica Arquitectónica: se trata de una habitación (como la que aparece en la foto abajo), que anula todo sonido externo y que está diseñada para absorber el sonido de la habitación, el eco y la reverberación.

[Recuerdo una entrevista que Piers Martin hizo con Aphex Twin para la NME, alrededor de 1995, dentro de una "anechoic chamber" donde se comentaba que, cuando todo sonido externo es suprimido y la atmósfera de la habitación quedaba "muerta", el sonido absoluto era imposible de conseguir: la persona queda a tono para convivir con los usualmente inaudibles burbujeos y gruñidos provenientes de sus propias vísceras. <- Ojalá algún día pueda visitar una cámara anecoica"].

En una conversación de correo entre Claudia Jiménez (editora de Panamérika) con Iñaki Sagastume, de la empresa Filmotive, el productor describe al documental del siguiente modo:

“[Éste] trata sobre el fenómeno conocido como Tinnitus, un “sonido fantasma” que no tiene origen en ningún sonido real y que algunas personas escuchan constantemente en sus cabezas. Este sonido suele ser un pitido o un zumbido de una frecuencia y volumen determinados en cada caso.

Oírse lo dirige David Arratibel, también de Pamplona.

La sinopsis es: “Aquel día un sonido fantasma empezó a sonar en mi cabeza: un pitido y unas cigarras que sólo yo escuchaba, o quizá alguien más lo hiciera. Como la mayoría de las personas, huía del silencio para no escuchar el interior. Porque el silencio es sólo el principio, es la entrada”.

El propósito de la película es el de participar en las vidas de las personas que padecen Tinnitus y el de plantear una serie de reflexiones sobre la forma en que nos relacionamos con el entorno a través del sentido del oído. Somos espectadores de unas vidas unidas por un rasgo en común, donde el silencio no existe y un zumbido suena permanentemente. De aquí surgen las ideas sobre la escucha, la atención, el oído como vínculo con el entorno y como forma de entender el mundo y a nosotros mismos (el mundo sonoro interior y exterior). También se plantea el silencio como concepto que conlleva múltiples interpretaciones y se tratan los aspectos de la cognición referidos al sentido del oído.

Álbaro es uno de los 3 protagonistas del documental que padecen Tinnitus (lo puedes ver en el teaser) y la Banda Sonora Original del documental la va a componer El Columpio Asesino.

He visto el Panamérika Film Club y me ha parecido interesante!

Muchas gracias por vuestro interés!
Saludos desde Bilbao!
Hablamos!
Iñaki Sagastume
Productor

[... cuídense las orejas, muchachos y muchachas...]

Fuente:  http://panamerika.fm/blog/del-tinnitus-y-otros-sonidos-asesinos-para-leerse-y-oirse/

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