VIDA POP > EL CLUB DE MARILYN
Zen, glam y rock and roll
Hernán Muleiro Especial para el Sí!.
Coraje? "Coraje se necesita para ir a la guerra". Con estas palabras, Marcelo Casare, guitarrista de los glam-old school El Club de Marilyn, relativiza lo que era salir maquillado a la calle.
En este cuarto de Almagro, Lui, el batero, habla de sus amados New York Dolls, la banda que, dicen, más los influenció. "Se vestían como putas de esquina, no como Gary Glitter que era más Johnny Tolengo".
Mientras, suena su último disco (Psicópata americano), rock intenso y fiestero. Vecinos que miran mal, la Policía golpeando la puerta, cambios inesperados de formación, tres (¡tres!) contratos discográficos frustrados y... ¿peor suerte que Spinal Tap? Se separaron en los 80 para volver en el 95, cuando sacaron el disco Hecho en la sombra.
Su compositor y líder, Jorge Gayarre, fue diagnosticado con acúfenos y no pudo tocar más en vivo. Y ahora es... monje zen.
-¿Zen y glam rock son opuestos?
-No. Un pasado oscuro con las drogas duras me llevó al monasterio. El monje es conciente de su mortalidad. Y nuestras canciones hablan de lo humano.
Curiosidad: en sus inicios tocó Walter Sidotti, baterista de los Redondos. "Grabamos un disco que se encajonó, también tocamos en vivo, pero nunca nos nombra cuando le preguntan con quién tocó antes de Los Redondos.
-¿Son una banda con mala suerte?
-Sí, pero las cosas son como son. También nos pasaron cosas divertidas. Como ir a tocar a Domingos para la juventud con una tribuna llena que cuando nos vio, maquillados y con zapatos de plataforma, gritó al unísono "¡uuuuh!".
Fuente: Clarin.com, VIERNES 30 MAY0 2008
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