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domingo, 2 de agosto de 2009
Acufenos en Musicos
Muchos músicos sufren pérdida de audición inducida por la música:
Para un músico cuya vida consiste en ensayar y tocar música de 4 a 8 horas diarias, el peligro de una alteración de audición está siempre presente.
Puede deberse a las baterías retumbantes o a los amplificadores de guitarra estridentes de un grupo de rock duro. Pero la pérdida de audición puede producirse también por el violín o el flautín de una orquesta sinfónica.
La sordera o las alteraciones de audición derivadas de la exposición prolongada a un ruido excesivo está, en la mayoría de los casos, vinculada a los lugares de trabajo del sector industrial, los aeropuertos, etc. El efecto dañino del ruido en estos lugares ha sido también la clase de pérdida de audición inducida por el ruido más estudiada.
Pero según un artículo en la revista The Hearing Review, de febrero 1999, realizado por el otorrinolaringólogo Ken Einhorn, hasta un 52% de músicos de clásica y un 30% de músicos de rock y pop sufren pérdida de audición provocada por la música, abreviatura inglesa, MIHL (Music-Induced Hearing Loss).
No es una sorpresa que los músicos puedan dañar su audición mientras trabajan. La presión de sonido en un gran concierto de orquesta puede alcanzar los 112 dB, y en bandas de rock, con el uso de amplificadores, llega incluso a los 130 dB, mucho más de lo aceptado en un entorno industrial.
Para los músicos que están sometidos a este tipo de ruido, los problemas resultantes pueden ser devastadores. Los síntomas comienzan con la pérdida de la capacidad para oír sonidos y tonos de alta frecuencia. En muchos casos, ésto causa problemas a los músicos y cantantes que tienen que escuchar y reproducir las notas altas igual de bien que las bajas para tocar o cantar junto con los otros miembros de la orquesta. A menudo un músico que sufre pérdida de audición de frecuencias altas intentará compensarlo tocando más alto con notas agudas, dando lugar a una representación artísticamente inaceptable.
Si el problema empeora, el músico podría tener una reacción de hipersensibilidad: sufrir un aumento de la presión sanguínea, migrañas, fatiga o podría percibir que algunos sonidos o instrumentos musicales suenan dolorosamente altos, síntoma que suele derivar en acufenos (tinnitus).
Otro síntoma común es la incapacidad de percibir cambios en el tono. Este estado se conoce como displacusia, y resulta muy problemático para los cantantes ya que deben controlar su voz todo el tiempo y no desafinar en ningún momento. Como consecuencia, un cantante con alteración de audición también se arriesga a dañar su voz ya que cantará más alto para poder controlar su propia voz.
No existe cura para la MIHL, pero el uso de modernos instrumentos para proteger la audición está adquiriendo una mayor aceptación entre los músicos.
fuente Hear It.
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